Llenaré mi cama con fantasmas de muertos.

Silencio seco, todo mi cuerpo está petrificado
Imágenes pasan y pasan por mis ojos, pero
No hay movimientos pertinentes, ni palabras adecuadas.

Trato de alentarme, pero el tiempo se acaba.
Intento encontrarme, pero no / ya no hay salidas.

Con mis dedos algunas noches te dibujo
Anhelándote en silencio
Marcando tú recuerdo en la pared
Inventándote, de nuevo / aquí / conmigo
Lamentando no sé que errores, esperando
A tus palabras; esas que no me dejan de esquivar.

Sin sentido

Acurrucarse/ a un costado/ abrazarse/ cerrar los ojos/ llorar/ un poquito/ una y/ otra vez/ una y otra vez/ descargar penas/ el llanto de/ viejas ilusiones/ la miseria de/sentirse tan/ tan insignificante/ como para nisiquiera/encontrarme.

Hay veces en que no se esperan respuestas

De vez en cuando las palabras no alcanzan para escribirme en las noches, como si las ganas se hubiesen perdido, como si mi pecho no se cansara de palpitarte a lo lejos, extrañándote en sueños que no han de plasmarse o en realidades ajenas que se burlan de mí, enrostrándome viejas heridas que el tiempo no ha de curar. Y es cuando no queda nada que la soledad me invade, que las preguntas no me dejan y que mis miedos se acercan para susurrarme al oído. Pero no hay nadie al lado que abrazar, el calor de mis manos ya no está en los bolsillos, tu risa parece un espejismo lejano y tus palabras están a centímetros de matar cada sueño. Te necesito tanto tanto, que he pensado en llamarte, incluso a veces pienso si alguna vez le has preguntado a la gente como estoy, o si te acuerdas de los sueños que tuvimos en silencio, cuando en una oscura plaza todo se detuvo, y me encontré tan cerca de ti que sólo mi estupidez y tu olvido pudo separarnos. Te conozco tan poco, que la memoria no falla en recordar cada momento a tu lado, y te conozco tanto que te miro a los ojos y veo frustraciones pasadas, mezcladas con sensaciones de miedo e indiferencia hacía mí. Ahora tu mente está en otro lado, quizás en otro hombre, y ésta pena nadie me la quita, y ésta ausencia nadie me la borra. Definitivamente no tienes la culpa de que yo te tenga tan cerca, y que tú me tengas tan lejos.

Adios

Todo a su tiempo,
Siempre lo supe,
Sabía que era lo que buscabas.
Ahora todo está en su lugar,
Tan calmo que es extraño creerlo,
Mi corazón palpita a mil por hora,
El frío me toca hasta los huesos
Y tu cinismo me atormenta, me hunde
Y no termina de matarme.

Que buena amiga eres,
Cada día me sorprendo más de lo que haces,
Aunque creo que esta será la última sorpresa.
Elegiste otro camino,
Sin tu “Gran” amiga,
Sin mí tampoco, que extrañamente
Me encuentro de frente,
A tu amiga, llorando,
Muriéndose,
Igual que yo.
¿Cuándo nos dejarás de matar?
Bravo lo lograste,
Al fin puedes hablar con ella,
Sobre grandes anécdotas de un viaje hermoso,
O quizás de cómo besa él,
Al que tanto amas, al que tanto niegas,
Al que siempre buscaste,
En todos, en muchos,
En mí.

Despedida sin te quieros,
Sin promesas,
Sin esperar volver a verte,
A hablarte,
A besarte.
Ándate, no vuelvas.
Este año, me lo quitaste todo,
Mis sueños, mis promesas,
A la única persona que me hizo
Mirar las cosas de otra manera.
Ahora llévate mis cosas,
Aquí no hay nadie para recibirlas,
Me quedo agonizando,
Odiando esta maldita idea de vivir,
Y no poder terminar, borrar
Y cerrar todas las puertas que abriste.

Un momento

Y nos sentamos en la cama.
Que sensación esta, de tenerte cerca,
De creer que te quiero,
De creer que me quieres.
Que engaño el de sentarme aquí,
De nuevo en tu cama,
En la misma que una vez
Perdimos la razón, hasta encontrarnos
Tan cerca que no éramos uno,
Pero sí dos.
Y te sigo mirando, siendo cómplice
De mis recuerdos, de mis anhelos
Que algún día se fueron, al lado de mi vida.
Ahora solo estoy yo. Y tu obviamente.
Al lado, tan cerca de mí
Que por un momento vuelvo a sonreír,
Para luego volverme a perder.

Deja que te vea, que otras primaveras. . .

Hablando y recordando contigo, viejas verdades, viejas historias que se fueron en ésta frenética búsqueda por encontrarnos. Ya se me olvido el día en que nos perdimos, y no creo recordar el día en que nos volvimos a mirar. El tiempo se acaba, o al menos eso me dicen todos. La seguridad de mis actos se esfuma con el pasar de las horas y con tu cara de olvido que me vuelve a la realidad, esa que me dice que no hay nada por delante de nosotros dos. El olor a las resignaciones me hace llorar a gritos; el olor a tu ausencia definitiva, no me consuela, me hunde, me mata. Simplemente ilusiones al otro lado del vidrio, veo mi rostro, feliz, esperándote al otro lado, invitándote a creer en ti, a creer en mí. El cielo se nubla en septiembre. La verdad se esconde dentro de libros que no han de abrirse, el silencio corta nuestras vidas que unidas no fueron capaz de desunirse. Te quiero, cuídate y que te vaya bien.

Si yo te miento, tú lo haces mejor

No sólo creo que no lo sé disimular,

sino que también lo sé negar.

Pero se me nota en la cara, en las manos,

en los ojos, en la boca . . .

Aún así lo segúiré negando,

ahorraré palabras que necesitan salir,

para poder seguir viviendo,

para seguir creyendo.

En cambio tú, tan abstraída,

tan extremadamente incoherente,

pero tan claramente inmutable

dentro de tu mundo.

Yo no te creo tan inmutable,

al parecer tu tampoco,

o al menos eso me dice tu cara,

tus manos, tus ojos y

tu boca. . .

. . .

Y seguir/ mirando/ buscando/ creyendo que la vida/ se nos perdió./ Te miro/
te encuentro/ me convenzo/ de que mi vida/ no era la tuya./ Te pierdo/ te extraño/
lo peor/ no te conozco./ Estuviste/ ¿Estás?/ me pierdo/ me extraño/ ¿Estoy?/
Quizás/ no desapareciste/ sólo/ tú.

Algunas cosas.

Tendré que juntar
consejos como flores,
tomar palabras en el aire
y hacerlas mías
tendré que dejar tu esencia
esparcida por mi piel
tocar cuerdas
y soñarte escuchándome.

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Ahora escribo
en las noches
y me saco pulgas
del cuerpo.
cada cinco segundos
comparo
mi muerte
con tu vida,
cada cinco segundos.
ahora que sé
de frustración
camino por la casa
porque el miedo
no me deja arrastrarla
por las calles.

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Construir desarmando
el cuerpo, tirarlo
dejarlo solo
para hacerse flor
y sonreírle el brillo
de los pétalos,
abrazarle el sonido
de su sabia,
arrancarle de un soplido
toda el agua
y retomar el cuerpo
para seguir
construyendo y desarmando.

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Nivelar,
replantearte
en lo alto,
en lo más alto,
te has quedado
marcando
tu nombre
en mi nariz.
ahí, justo ahí
tocas todo
el aire que me hace sentir
y cuando no te pienso
cuando no te siento
te pones cerca
del estornudo
para hacerme llorar.

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yo juraría / por abrazar un sueño / escribir tu nombre / en el frio / subrayar todo una / y otra vez/ una y otra / vez . Yo juraría / por tenerla cerca / de mi cuerpo / tocar su cabello / en el amanecer / subrayar todo / otra vez . Juraría / por odiar juntos / la ternura / la rabia / juraría tan solo / por sentirla / aquí / conmigo / cerca / lejos / sólo por / tenerla.

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Ser humo, partir de su boca
acariciar su rostro
que me lleve a el con sus manos dulces
a su cuerpo sencillo
qué tragedia exquisita la del acto
de matarse, de matarte.
Que terriblemente exquisito
El mirarte desde lejos
queriendo ser humo
queriendo tu rostro
en tus manos dulces
en tus labios tibios,
en congoja eterna.

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ahora que sé un poco lo que significa el desenfreno absurdo de estas ganas solitarias que se escondieron noches enteras en tus brazos, ahora que puedo entender que era eso que creí infinitamente absurdo, como un naúfrago, el hundimiento de mi cuerpo en las sábanas, las lágrimas de mi madre evaporadas por el calor de la plancha. Ahora que entiendo un poquito más lo que significa empezar a odiarse por no poder odiarte, ahora porque he construído una barrera para no poder ensuciar tu imágen, un gran muro ofensivo que espera exhausto el ataque. Yo no me iba a callar para empezar a descifrar tu comportamiento, mi sigo negando al ánimo. La sensación de resignación supera a cualquiera que antes hubiese sentido, créeme que a cualquiera. Mi mamá cree que me deshago de su comida como lo hice con su cariño. Esta sensación es como hacerse parte de todo hasta desaparecer, yo desaparecería si me hiciera parte de tus ojos, desaparecería ante todo y por todos si así lo decidieras. ¿para qué esto? cuánta distancia me queda para lograr tocar tus manos, queda tanto para ver nacer la sencillez del acto de los cuerpos que he preferido alejarme de la única manera que se hacerlo, apareciendo.

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dejarse caer
dejarse arrastrar
entregarse a la derrota
nublar la vista
dejarse romper
hacerse frágil
deshacerse ahí
con lo cotidiano
con lo sombólico de las huellas
como sintoma de otros enfermos
dejarse caer
simplemente dejarse caer
y reflejar en su rostro triste
la ausencia de nosotros.

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Aca unos escritos de una amiga, que le pedí para subirlos. Acá esta su blog
speversogn.blogspot.com

Eso... leanlos

y llorarlos todos.

Que estúpido intentarlo una y otra vez, pensar y seguir pensándolo; no comprender que estoy hablando sólo, que estoy recordando sólo y que desde el principio lo hice todo sólo, mi mayor error. Disculpa por recordar episodios que quizás puedan ser incómodos. Sé que todo se acabó con Abril, en la alameda ya nada volvió a ser lo mismo. La ilusión se perdió, no sé en donde la dejé, en realidad ya ni ganas tengo de buscarla, temo volver a equivocarme. ¿Por qué tengo que recordar esto ahora? Ya ha pasado mucho tiempo. A veces pienso que ya ni lo recuerdas, que se te pasó demasiado rápido para ser verdad, pero que más puedo pedir, soy un imbecil. Estúpido el que me engañó, ¿Quién dijo que la estabilidad no importaba? Si así lo creen pregúntenmelo a mí, que para eso tengo tiempo, mucho tiempo.
Ahora solo cuento los días para irme, para tomar una goma y borrar mucho, y luego volver a escribir. La panchi me dijo para ella fueron 7 meses, ojalá yo no espere tanto, aunque si es necesario llorarlos enteros para dejar de ser yo mismo o quizás volver después, lo haría. Ahora ya ni nos vemos, ya ni hablamos; hace tiempo que no veo a alguien y hace tiempo no hablo con alguien, en realidad hace tiempo que no pienso en alguien que no sea yo. Mira que estúpido me veo hablando con esta pantalla. Para ti, y para ti no me quedan palabras, me quedan recuerdos y dos sueños que hubiesen sido geniales.

El final inesperado

Y él tomó su mochila, esa que tenía un

corazón negro desde fines de abril;

se dió vuelta, y lloró en silencio

mientras la Dani ingenuamente

le pedía el que sería su último favor.

Luego, se marchó entre la niebla

en tanto la Emilia le preguntaba a la Dani

porqué se iba el principe si recién

había llegado.

acá y tu?

Alguien se cree revolucionario?

demuestrelo

(Saludos pa la panchi que auspicio con el nombre)

"¿Estamos solos otra vez o siempre como en el principio?"

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